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martes, 24 de julio de 2018

¿POR QUÉ EXISTE LA CORRUPCIÓN POLÍTICA Y SOCIAL? PARTE I


         En estos tiempos todos los jueces con muy raras excepciones, son comprables, no hay autoridad que por estos tiempos no se deje sobornar. Al funcionario recto, y honrado si no lo corren del trabajo, lo clasifican despectivamente, le ponen un apodo y lo arruinan para que no estorbe.

        Pero la corrupción política es sólo el eslabón más alto de una peligrosa cadena que afecta la vida cotidiana de la población.

        La corrupción se ha instituido en todos los ciudadanos, y en todo tipo de autoridades incluyendo increíblemente en las civiles, policiales, militares y religiosas. Y ahora recientemente descubierta y puesta en evidencia  en  las autoridades judiciales de nuestro país, que asombrosamente son los encargados de impartir “justicia”. Junto a los abusos de los religiosos a niños que increíblemente eran los llamados a cuidar no solo su integridad física sino espiritual, viene a mostrar el nivel al cual ha llegado nuestra “humanidad”…Pero tú: ¿Pagaste a algún policía para evitar la multa? ¿Cruzaste el semáforo en rojo? ¿Robaste cable? ¿Te metiste en la cola? ¿Engañaste en aquel examen? ¿Vendiste algo con sobre precio? ¿Has adulterado algo con el fin de ganar más dinero? ¿Robaste en el peso y en el vuelto?...

        Si acostumbramos no respetar las señales de tránsito, evadir impuestos (o no pagarlos), coimear autoridades, el manejar alcoholizado, el pretender trabajar y solo matar el tiempo, el fomentar el robo al comprar cosas robadas,  todo eso  es CORRUPCIÓN:  la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, pervertir, dañar). El tráfico de influencias, el soborno, la extorsión y el fraude son algunas de las prácticas de corrupción que a diario leemos en los periódicos, vemos en las noticias de televisión nacional y que formamos parte de ella; ya que también se está procesando dentro de nosotros, de forma que no la podemos ver, que la avalamos, y que no la podemos ni siquiera reconocer…

                        ¡El porqué de la corrupción radica en nuestro interior!

       La humanidad de la que formamos parte es demasiado pobre interiormente, busca fuera (dinero, poder, títulos, placeres) con qué completarse. El Yo psicológico, nuestros defectos, solo quieren acumular, poseer, hacerse grandes y poderosos a expensas del prójimo, mandar, tener  gentes que le sirvan, explotar a otros, etc. Y todos sus deseos los quieren sin importar el daño que se pueda hacer a terceros; es decir en forma ilícita.

     Como vemos la corrupción no solo está afuera, también está dentro de nosotros, por lo tanto nosotros somos los que debemos empezar a cambiar esta evidente realidad en que vivimos.

     Para ello primero es necesario conocer las múltiples caras de la corrupción en nuestro pensar, sentir y actuar; lo que requiere un compromiso de trabajo interior y un sinceramiento en cuanto a todo aquello que nos mantenga en corrupción,  pero  ¿Cómo detectar el delito o el daño? ¿Cómo establecer lo correcto frente al error? ¿Cómo recuperar la capacidad de discernimiento? ¿Por qué cuando se descubren hechos de corrupción inmediatamente surgen los que piden sanción, se rasgan las vestiduras y a la vez buscan aprovecharse de la situación? ¿Por qué se busca tapar, minimizar, ocultar, esquivar y justificar actos abominables? Todo esto no tiene sentido si no se conoce de Leyes. Urge conocer y establecer en nosotros los parámetros adecuados de las  LEYES NATURALES Y COSMICAS que rigen no solo al hombre sino a todo lo existente, de las cuales nadie (ningún corrupto) puede escapar.

     Desconocemos que siempre ha habido un gran gobierno mundial dirigiendo los destinos del mundo y este gobierno mundial tiene su constitución y sus leyes. La constitución de este gobierno mundial, es la Sabiduría Divina; y sus leyes, son las Leyes De La Naturaleza que constituyen el código de justicia más perfecto.

      Este gran gobierno mundial, es la Logia Blanca; y sus decretos son irrevocables. Las cortes de justicia de este gran gobierno, castigan y premian de acuerdo con la justicia y misericordia cósmica; y todo lo malo que se hace, se paga. Las naciones, los pueblos y los hombres están severamente vigilados por los agentes de este gran gobierno mundial.
           
        Ningún acto de corrupción podría quedar impune aunque en este plano físico se pretenda ocultar, nada escapa a las leyes eternas y equilibrantes de la naturaleza, por ello están activas la ley del Karma, la ley de Recurrencia y la ley del Hado, en forma continua en nuestro mundo y en el universo.

      Es preciso recordar que la ignorancia de las leyes cósmicas no nos exime de su cumplimiento. ¿Cuáles son esas leyes? ¿Cómo operan en nuestra naturaleza y el cosmos?  ¿Dónde podríamos aprender sobre este conocimiento?

Fin de la primera parte...



INSTITUTO GNÓSTICO DE INVESTIGACIÓN - IGI
LIMA - PERÚ
JULIO - 2018


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